Hyundai i30 2017

Nueva plataforma, nuevo motor, nueva transmisión, nuevo equipamiento, el tercer Hyundai i30 hace borrón y cuenta nueva para enfrentarse de nuevo a la clase compacta. ¿Será suficiente para sacudir los puntos de referencia del segmento? Para averiguarlo, nos desplazamos a Málaga, España, para probarlo en su versión 1.4 T-GDI de 140 CV con la caja de cambios de doble embrague DCT-7 de siete velocidades.

Con apenas 1.500 ventas el año pasado en Francia, frente a las 45.000 del Renault Megane o las 75.000 del Peugeot 308, el Hyundai i30 de segunda generación, que salió a la venta en 2012, nunca ha conseguido hacerse un hueco en el sector de los compactos, más concurrido y competitivo que nunca. Esto es así a pesar de un restyling a principios de 2015, y de ciertas cualidades. Para esta tercera versión, el fabricante coreano ha partido de cero, con una plataforma 100% nueva, precisa el concesionario Madrid Crestanevada.

El estilo cambia radicalmente, alejándose de los ángulos agudos y las luces abultadas de su predecesor y adoptando una identidad más europea. Mira este i30 desde la parte trasera y el parecido con el último Golf es sorprendente. Echa un vistazo al frontal y verás la influencia del 308 en los faros y de Audi en la parrilla, que parece muy monocorde, aunque esta última se presenta como la nueva identidad visual de la marca, bajo el nombre de «parrilla en cascada». El diseño del i30 es un poco una colcha de retazos de lo que hay en otros lugares, pero es una mezcla inteligente de líneas fluidas, estilizadas y elegantes.

Lo mismo ocurre con el interior: si digo pantalla central bajo el parabrisas, lo primero que me viene a la mente es la marca con los anillos. Aunque esto puede ser cuestionable desde el punto de vista estético, es la mejor manera de evitar tener que apartar la vista de la carretera para consultarla sin tener que enfrentarse a un enorme armario normando para un salpicadero. Y si éste no brilla por su imaginación, lo compensa por su excelente legibilidad y ergonomía. El montaje y la elección de los materiales también dan un salto adelante, con la desaparición, a ambos lados de la consola central, de las grandes inserciones de color gris metálico de dudosa calidad. A pesar de una longitud de 4,34 m, que sitúa al i30 entre los coches compactos más grandes, el espacio interior es medio para la categoría, y las personas más altas se sienten apretadas en la parte trasera. Sin embargo, su maletero de 395 a 1.301 litros lo sitúa entre los mejores.

El i30 utiliza una plataforma completamente nueva con una estructura fabricada en un 53% de acero de ultra alta resistencia, lo que lo hace 28 kg más ligero y un 20% más rígido. Si a esto le añadimos un eje trasero multibrazo y una dirección reclamada más rápida, tenemos una excelente base de la que partir, que sólo necesita un buen motor. Y menos mal, porque el fácilmente olvidable 1.6 GDI de 135 CV a 6.300 rpm y 164 Nm a 4.850 rpm ha sido sustituido por un flamante 1.4 T-GDI de 140 CV a 6.000 rpm y 242 Nm a 1.500 rpm. Con 14 kg menos de peso, un segundo más rápido que el motor anterior en el 0-100 km/h (8,9 segundos) y mucho más par motor para la aceleración, y con un consumo combinado oficialmente idéntico de 5,4 l/100 km y 124 g/km de CO2, este motor es una mejora innegable respecto a su predecesor. No tiene nada que envidiar en prestaciones, sino todo lo contrario, al Puretech 130 de 3 cilindros del 308 y al TCE130 del Mégane, pero a cambio resulta ser un poco más ruidoso a altas revoluciones y notablemente más sediento, con una media de 8,0 l/100 km al final de nuestra prueba.