¿QUÉ MOTOR ELEGIR?

A la hora de elegir un vehículo nuevo o usado, surge rápidamente la cuestión del tipo de motor. Siga los consejos del concesionario de coches segunda mano Málaga Crestanevada.

En 2019, 5 tipos de motores componían el parque automovilístico español. Y mientras el 73% de la flota era de gasóleo, el 25% era de gasolina. Los vehículos eléctricos (0,3%) y el GLP (0,1%) siguen siendo marginales, mientras que la proporción de vehículos híbridos sigue creciendo (1,5%).

El 73% del parque automovilístico funcionaba con diésel en 2019. Una motorización que ha sido señalada recientemente, pero cuyas emisiones contaminantes no dejan de disminuir gracias a las normas europeas y a los avances tecnológicos. Lo que más contamina (en el sector de la automoción) son los viejos diésel. Las ventajas son, obviamente, el menor precio del gasóleo en comparación con la gasolina, un menor consumo de combustible y una mejor valoración del vehículo en el mercado de segunda mano.

Sin embargo, un vehículo diésel tiene algunas desventajas, ya que el mantenimiento del vehículo es más caro, en general, y el seguro es más elevado. El valor de un vehículo diésel aumenta con el número de kilómetros recorridos al año. El límite para muchos es de unos 15-20.000 kilómetros. Por ello, este tipo de motor se encuentra en casi todos los coches familiares y en el 80% de los compactos.

La gasolina, el reto urbano

Cada vez más sometidos a la competencia de los coches híbridos, eléctricos e incluso diésel, los coches urbanos y de ciudad deben ser considerados de antemano con un motor de gasolina. El 80% de los Toyota Aygo, Citroën C1 o Chevrolet Spark funcionan con gasolina. Uno de cada dos Volkswagen Polo, Renault Clios y Peugeot 208 siguen funcionando con gasolina. Vehículos que son más baratos cuando son nuevos y tienen un menor kilometraje en el mercado de segunda mano. De hecho, el mantenimiento de un vehículo de gasolina y su seguro suelen costar menos. Además, estos motores se benefician de las nuevas tecnologías (downsizing, turbo, inyección directa, etc.) que hacen que estos coches sean más eficientes.

Sin embargo, un vehículo de gasolina consume un combustible más caro. Además, su valor se deteriorará más rápidamente en el mercado de segunda mano.

Los híbridos en el camino del éxito

En 2019 se matricularon más de 46000 nuevos vehículos híbridos privados, lo que supone un aumento del 60% respecto a 2012. El camino del éxito parece estar allanado para los motores híbridos, gracias a la multitud de ofertas (eléctrico con gasolina o diésel, modo totalmente eléctrico o apoyo al motor de combustión interna, etc.) y a la mejora de las tecnologías (autonomía), lo que refleja la determinación de los fabricantes en este campo. Aunque el precio de compra es más elevado que el de un motor de combustión interna convencional y el mantenimiento sólo puede ser realizado por un profesional, el plus ecológico es considerable, mientras que el precio en el mercado de segunda mano disminuye mucho menos rápidamente. Otra gran ventaja es el bajísimo consumo de combustible en los desplazamientos urbanos.

El motor eléctrico avanza

Un coche ecológico y mucho menos costoso de utilizar (incluido el mantenimiento, que debe realizar un profesional) y fácil de encontrar, siempre que el número de puntos públicos de recarga eléctrica esté suficientemente desarrollado. Sin embargo, un coche totalmente eléctrico puede requerir la compra de otro vehículo más tradicional. Se trata de un coste adicional que hay que añadir al precio del propio vehículo eléctrico, que es más caro que los coches de combustión comparables.

GLP, el no amado

El depósito de gas licuado de petróleo se combina con un depósito de gasolina sin plomo 95/98. Esto provoca a veces un problema de espacio. Pero el GLP cuesta menos de un euro por litro y el mantenimiento de un vehículo de este tipo no es muy diferente del de un coche de gasolina (realizado por un profesional). Los motores de GLP, que representan menos del 0,1% del parque automovilístico, tienen que enfrentarse a una red de distribución débil y a la ausencia de incentivos fiscales. La otra desventaja puede ser la necesidad de esperar a que la tecnología del GLP se caliente antes de usarla.